Cuando no eras escritor, pero existía esa persona que lograba sacar tu lado más artístico a relucir y por un momento, te creías un poeta más. Intentas autoengañarte, saldrás adelante tras unos cuantos saltos a una piscina vacía que no duelen tanto como el hecho de darte cuenta de que realmente está vacía y no va a volver a llenarse, ni tan siquiera para un último y frenético chapuzón. It's over, he's gone. Tras meses arropada por el sonido del vaivén de las olas desordenadas en mi cabeza, puedo decir con certeza que te amé. Te amé y no de una manera cotidiana, pocos pueden llegar a entenderlo, sentir de forma tan profunda, tan intenso que te quedabas sin aliento, tan nuestro que los pensamientos que se me amontonan haciendo cola y empujando no puedo plasmarlos en un simple portal electrónico. Tanto tanto tanto que se quedó en el recuerdo y es ahí donde mejor puede estar, guardado como una película antigua.
No obstante, hay una cosa, tan solo una cosa que quería recordarte, jamás olvidaré que me arrancases mi inspiración y te la llevases contigo.